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Luis Vogt

La iglesia como sal de la tierra, también en política’

“Es imposible escapar de la crítica, pero debemos tener la seguridad de estar haciendo la voluntad de Dios y no buscar una oportunidad personal, ni renunciar a nuestro ministerio”

Entrevista a Pastor Gilberto Rocha

Gilberto habla con ese acento pausado mexicano; conjunta su imagen tranquila y seria con un fino sentido del humor. Es pastor del Centro Cristiano Calacoaya y pastor de Comisión Centros Cristianos A.R. con 40 congregaciones; dirige un patronato de casas-hogar y un centro cultural; es licenciado en Ciencias de la Educación, Administración de Organizaciones y Teología.

Es pastor y es una persona comprometida en política, una interesantísima combinación que nos lleva a hacerle algunas preguntas antes de abordar su visión de la asamblea de la OEA:

¿Cuáles son las perspectivas que los creyentes suelen tener sobre la participación en la actividad política? ¿Y cuál es tu perspectiva personal?

En términos generales, los creyentes consideran que la participación en la política es algo malo, que es un pecado, que es incompatible con la vida espiritual, que equivale a convertirse en amigo del mundo y en enemigo de Dios. Se toman versículos, como Juan 18:36, donde el Señor Jesús dice: “mi reino no es de este mundo” para justificar por un lado su falta de deseo por participar y por el otro, condenar a quien se atreve a hacerlo.

Desde mi perspectiva personal, la Iglesia debe ser influencia en todas las áreas de la vida, pues fuimos llamados a ser sal de la tierra, por lo tanto debemos influir también en la política, lo cual podemos hacer de varias maneras:

a) Confrontando a los gobernantes y políticos cuando lo que hacen no es correcto, como lo hizo Juan el Bautista con Herodes o Natán con David.

b) Aconsejando sobre la forma en que pueden mejorar su trabajo, ofreciéndoles una perspectiva divina, pues en muchas veces, los gobernantes y los políticos ven las circunstancias y los problemas, pero no entienden lo que en realidad está ocurriendo y mucho menos son capaces de avizorar la solución, como lo hizo José con el Faraón, al advertirle de la gran crisis que se avecinaba y señalarle cuál sería la solución.

c) Por medio de personas capacitadas para el trabajo de la administración pública y la política, como lo hicieron Daniel y sus amigos con Nabucodonsor, Belsasar, Darío y Ciro.

d) Como intercesores cada vez que tenemos la oportunidad de acercarnos a los políticos, como lo hicieron los profetas Eliseo, Isaías y varios más con los reyes en turno.

¿Cómo adquiriste sensibilidad por la participación política? ¿Qué pasos fuiste dando para involucrarte en ella?

En realidad, veo que Dios me ha ido empujando a involucrarme en áreas y tareas que yo no había considerado. Hace poco vi un video de una reunión de oración por México, en el tiempo en el que me toca participar como moderador, y me escuché decir: “Señor aquí está mi vida a tu disposición para cambiar a mi país….”, debo decir que a partir de ese día, comenzaron a suceder una serie de acontecimientos inesperados: fui invitado por el Primer Ministro de Israel (junto con 16 pastores de América Latina), Benjamín Netanyahu a Jerusalén, para dialogar sobre las relaciones entre México y América Latina e Israel, recibiendo la encomienda de tratar de influir en el gobierno mexicano en torno a la posición de México hacia Israel en foros internacionales; una entrevista que me cayó de sorpresa y cuando le preguntamos al PM, ¿por qué fuimos invitados pastores a dialogar sobre este tema y no invitó a los presidentes o cancilleres o políticos encargados de comisiones de Relaciones Exteriores?, respondió: “este es un asunto espiritual, ustedes conocen la Biblia, que es el libro que narra la historia pasada, presente y futura de Israel y los políticos no la conocen”.

Aclaro que mi oración fue: “Señor y yo ¿cuándo podré ver a mi presidente y decirle todo esto?”, y Dios me respondió en Habacuc 2:1-3: “escribe la visión, pronto se le entregarás”. Para mi sorpresa, al regresar a México, no transcurrieron ni dos meses, cuando fui invitado por el Presidente Enrique Peña Nieto para platicar a la Residencia Oficial, así que pude cumplir con mi encomienda, y seguramente lo seguiré haciendo en un futuro, ya sea con el Presidente actual o con el que gobierne los próximos años.

El otro tema en el que me he ido involucrando, ha sido la enseñanza de Valores y Principios a políticos, policías y servidores públicos en varios municipios del Estado de México, comenzando con los presidentes municipales.

Y el tema del que definitivamente no nos podemos sustraer, que es la defensa de la Vida y de la Familia, pues no podíamos quedarnos callados ante los embates y propuestas de ley que se han venido proponiendo en México, al igual en todo Iberoamérica y otras partes del mundo, y Dios me habló muy fuerte en Ester 4:13-14 “No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino (ministerio)?”, en este pasaje entendí que si yo no hago algo, alguien más lo puede hacer, pero las consecuencias de no hacerlo yo pueden ser desastrosas para mí y mi familia.

Algunos piensan que la imagen de pastor se puede ver comprometida por la actividad política; ¿te ha sucedido algo así? ¿Cómo lo has resuelto?

Debo agradecer a Dios por la vida de grandes amigos que me han impulsado y animado a seguir, incluso en algunas ocasiones, podría decir que hasta me han empujado.

Es imposible escapar de la crítica y enojo de algunos, de comentarios burlones y demás, pero ante todo, debemos tener la seguridad de que estamos haciendo la voluntad de Dios y que no estamos buscando una oportunidad personal, ni que estamos renunciando a nuestro ministerio por hacer otra cosa. En lo personal, lo que he hecho ante la congregación es compartirle lo que vamos haciendo, animando a la gente para que se involucre, a que sirva y participe, proponiendo intenciones de oración en las reuniones que tenemos a lo largo del mes, y sobre todo, transmitirles la carga de la necesidad de participar y no quedarnos con los brazos cruzados.

¿Cuáles son los ámbitos de la vida social y política en los que estáis incidiendo como evangélicos? ¿Qué instrumentos estáis utilizando?

a) En América Latina, cada vez que hay campañas electorales, los candidatos de todos los partidos políticos nos buscan para dialogar, preguntan por nuestra necesidades, ofrecen promesas y piden votos, pero nosotros lo que estamos haciendo es llevarlos a todos, a que firmen compromisos y pactos con la Iglesia, para que en caso de ser electos, trabajarán y defenderán la Vida y la Familia.

b) Les hacemos ver que la Iglesia ha estado antes que ellos, y seguirá después de ellos.

c) Les mostramos que muchos de sus retos y compromisos de campaña (atención a pobres, disminución de la delincuencia y la violencia, atención a personas con acciones, programas en favor de la mujer y de la niñez, mejorar la educación, rehabilitación de personas en prisión y hasta temas como la recaudación de impuestos) son temas que la Iglesia domina, enseña, practica e influye en la sociedad, pues son cambios inherentes al llegar el Evangelio a la vida de la gente.

d) Como lo mencioné anteriormente, ofrecemos trabajar con el personal que forma parte de la burocracia, pues un tema recurrente es el combate a la corrupción, lo cual hacemos ver a los políticos; no es cuestión de decretos ni de leyes, sino de principios y valores que nacen en el temor de Dios en corazón del individuo.

e) Como Iglesia nos debemos involucrar en tareas de Responsabilidad Social, atención a pobres, a niños huérfanos y personas de la tercera edad, por medio de instituciones creadas en el seno de la Iglesia, pero con identidad propia y autónoma, para que ante los ojos de las autoridades y del público en general, no se asocien con la Iglesia ni con religión, lo cual nos ha abierto puertas para llegar hasta gobernadores para dialogar y proponer soluciones y planes de trabajo concretos; por ejemplo, hoy en México somos la única institución privada que formamos parte del Consejo Mexiquense de Adopción, al lado del Tribunal Superior de Justicia del Estado, la Procuraduría General de Justicia del estado y un par de organismos estatales más, lo cual nos da el privilegio de evaluar, certificar y decidir en torno a la adopción de menores de edad, buscando el bien superior del niño en la voluntad de Dios.

¿Qué recomendaciones harías a los creyentes para ayudarles a definir su responsabilidad política?

Que ejerzamos la tarea que Dios nos ha encomendado: ser luz del mundo, ser ejemplo a seguir. Los cristianos, como el resto de los ciudadanos, somos buenos críticos del sistema, pero al mismo tiempo, no nos hemos puesto en la brecha, no hemos trabajado, y por lo tanto, no podríamos decir lo que dice 1 Corintios 11:1 “Sean imitadores de mí”. Para que cambien nuestros países, los cristianos debemos ser propositivos, debemos provocar cambios y debemos ser ejemplo al gobierno y a los políticos.

Si tuviésemos que definir unos objetivos políticos que todos los evangélicos de Iberoamérica pudiésemos compartir, ¿cuáles señalarías?

a) Lograr leyes en favor de la Vida y la Familia.

b) Lograr leyes que definan lo bueno y lo malo, por ejemplo, combatir el consumo de las drogas.

c) Devolver a los padres el derecho de educar a sus hijos.

d) Desenmascarar la Ideología de Género ante políticos y gobernantes, pues muchos de ellos desconocen lo que hay detrás de ésta.

e) Ver la política como un campo misionero en el cual hay que ir a predicar el evangelio y hacer discípulos.

f) Transformar a nuestros gobiernos, que por siglos han sido dominados por sectas e ideologías satánicas.

Preparemos a la siguiente generación; ellos tendrán un poder de alcance e influencia que tal vez nosotros ya no lograremos desarrollar.

Pensemos como las fuerzas básicas que un club deportivo, por ejemplo, de fútbol, desarrolla; es necesario invertir tiempo, recursos materiales y humanos, para que en el futuro se logren los campeonatos; de la misma manera, en un futuro, hemos de lograr triunfos importantes en nuestros países, pero debemos invertir oración, tiempo, capacitación y recursos en nuestros jóvenes para que ellos puedan llegar a esas esferas que hoy parecen inalcanzables para nosotros.


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