La evangelización es un de las tareas prioritarias de la iglesia cristiana. En el Nuevo Testamento, la evangelización se daba por sentada; es decir, no encontramos a los apóstoles exhortando, planeando y organizando la evangelización. En la iglesia cristiana primitiva la evangelización era parte del estilo de vida de los creyentes; surgía espontanea, natural y permanentemente bajo la unción del Espíritu Santo, sin necesidad de técnicas ni de esfuerzos especiales. Lucas registra este crecimiento cuantitativo de la iglesia, como resultado del cualitativo, es decir de su vitalidad interior. (Hechos 2:46,47; 9:31; 16:5)
Es interesante notar que, en la misma Gran Comisión dada por el Señor a sus discípulos, tal como se encuentra en Mateo 28:18-20, el único verbo que está en el imperativo, y que domina toda la oración, es “haced discípulos”, es decir la evangelización no estaba explicita, sino implícita, ya que no se puede discipular a una persona que previamente no haya sido evangelizada. Pareciera que el mismo Señor Jesucristo quiso destacar en este pasaje la necesidad de discipular a los convertidos, es decir de llevarlos a una madurez de la vida espiritual mediante un proceso de enseñanza hasta que sean capaces de discipular y enseñar a otros.
En otras palabras, la producción de discípulos que se multipliquen es la única manera de cumplir efectivamente la gran comisión. En relación con este tema, Gary W, Kuhne dijo:
"La multiplicación es un proceso que pasa por cuatro fases distintas… La primera es simplemente evangelizar. Esta fase se centra en que nosotros compartamos personalmente nuestra fe con las personas necesitadas que nos rodean. La segunda fase consiste en la obra de consolidación con el individuo que se ha arrepentido y ha recibido al Señor Jesucristo como Salvador personal. La tercera fase consiste en hacer del nuevo creyente un discípulo. La cuarta fase se cumple cunado la persona con la cual está uno trabajando tiene éxito en producir otros discípulos. Es entonces cuando 2° Timoteo 23:2 llega a ser una realidad en el ministerio de uno. La Gran Comisión nunca se ha de cumplir realmente mientras no se logre la multiplicación"
La importancia en la consolidación de los nuevos creyentes.
El termino consolidar significa “dar firmeza y solidez” es decir asegurar mas una persona o cosa. La Biblia nos enseña que el recién convertido es una persona que ha nacido de nuevo. Es una nueva criatura por lo tanto requiere de cuidado inmediato y atención especial (Juan 3:3, 5:7; 2°Corintios 5:17)
Cuando nace un niño, llega al seno de una familia donde encontrará padres y hermanos dispuestos a recibirle y cuidarle con amor y esmero para que pueda crecer sano y normal. De lo contrario ese niño posiblemente enfermaría y moriría. De igual manera, un nuevo creyente que nace por obra del Espíritu Santo requerirá de cuidado y atención para poder crecer.
Así como los primeros años de vida del ser humano son decisivos para su madurez futura, de igual forma los primeros días y meses del nuevo creyente son también decisivos para su desarrollo a fin de llegar a ser un discípulo fiel y lleno de frutos.
El apóstol Pablo le dio mucha importancia a la consolidación de los nuevos creyentes e hizo todo el sacrificio necesario para cuidar de ellos y guiarles a la madurez. En hechos 14:21-24 y 18:22-23 vemos que el apóstol decide regresar a las ciudades donde había estado antes para confirmar a los nuevos hermanos. Estudiando el contexto de estos pasajes, vemos la serie de dificultades que debió enfrentar el apóstol en dichos lugares. En Antioquía de Pisidia lo habían expulsado junto con Bernabé; por instigación de los judíos; en Iconio tuvo que huir cuando supo que iba a ser apedreado y el Listra fue apedreado y arrastrado fuera de la ciudad, pensando que estaba muerto. Evidentemente, Pablo pensaba que la consolidación de los nuevos cristianos era un asunto de suma importancia y que por ello valía la pena cualquier sacrificio para realizarlo.
Considerando todo esto podemos entender las palabras que se encuentra en su carta a los Colosenses 1:25-29, donde dice que ha trabajado luchando hasta la agonía para presentar maduro, o crecido a todo hombre en Cristo. Pablo no se limitó a evangelizar a las personas solamente, sino que de inmediato les brindó apoyo a través de su atención personal, o a través de sus discípulos, para asegurar su crecimiento espiritual.
Todo esto contrasta vívidamente con lo que vemos hoy en nuestras iglesias; donde la congregación se esmera en la proclamación del evangelio, pero posteriormente no se les da una real importancia a los recién nacidos en Cristo, es por ello que se denota un gran vacío entre las personas que manifiestan su decisión de seguir en la fe y aquellos que llegan al bautismo y permanecen fieles a la iglesia y a Dios.
Según las estadísticas uno de cada diez personas que se allegan alguna vez en su vida a la iglesia llegan al bautismo, pero creemos que ese porcentaje es aún más bajo en Chile y latinoamérica, una de cada 25 lo hace.
Necesitamos comprender de mejor forma la tarea de la evangelización.
Sin duda que la iglesia en Jerusalén crecía de una manera asombrosa, igual cosa pasaba con aquellas que iban siendo fundadas por los apóstoles y discípulos en su paso por distintas localidades del Asia menor, ello debido a que todos ellos cumplían con la primera fase de la multiplicación, ellos evangelizaban. Esto lo podemos comprobar en varios pasajes de la Biblia. Vemos a Andrés testificando a Pedro y luego Felipe a Natanael. En el libro de Los Hechos vemos que todos los creyentes se consideraban responsables de predicar y enseñar el evangelio, aun bajo la constante persecución de que estaban siendo objeto (Jn 21:40-42, 45 ; Hech 2:4; 8:4, 11:19-21). Pero esta no es toda la verdad, porque estos no se limitaban solo a testificar y llevar a las personas a la fe en Cristo, sino que también se esmeraron en cuidar a los nuevos convertidos y los consolidaron en la fe a fin de que ellos también pudieran evangelizar a otros, es decir se convirtieron en reproductores espirituales, e ahí el secreto de la multiplicación de la primera iglesia.
El libro de Los Hechos abunda en ejemplos de reproducción espiritual. En el capitulo 11 del citado libro encontramos que la iglesia de Antioquía fue establecida por lo creyentes que huyeron de Jerusalén a cusa de la persecución que sobrevino por motivo de la muerte de Esteban. Otro ejemplo lo encontramos en el capítulo 18 de los Hechos, donde Pablo evangeliza a la pareja de Priscila y Aquila y los consolida en la fe. Posteriormente ellos mismos ayudan a Apolo, fortaleciéndole en su fe y la doctrina, y luego este viaja a Acaya donde es de mucha ayuda y bendición a la iglesia.
El evangelismo no es un simple programa para predicar el evangelio, ganar incrédulos, darles palabras de consejo, registrar sus nombres en unas tarjetas y después abandonarlos a su suerte, dejándoles expuestos a los ataques fieros de Satanás, a merced de ideas profanas y de seudo evangelios o sectas.
Necesitamos volver al Nuevo Testamento y recobrar la visión de lo que significa la evangelización plena y bíblica, aprender en la práctica de la iglesia apostólica y crear verdadera conciencia en el corazón de nuestras congregaciones de la necesidad de consolidar al nuevo creyente y de guiarle en el proceso de discipulado hasta que sea capaz de discipular también a otros. Esta es una responsabilidad de cada miembro de la iglesia en particular, no solamente de los líderes y pastores.
¿Qué elementos debemos considerar en la tarea de consolidación de los nuevos creyentes?
1. En todo programa de consolidación de nuevos creyentes debe tomarse en cuenta algunos puntos que son esenciales a fin llevar adelante con éxito tal empresa, primero que nada, despertar en ellos la firme convicción de sentirse seguros de su salvación, y que es la primera necesidad base para avanzar a otro estadio de la fe de un creyente (Jn 5:24; 10:28-29; Rom 8:35-39; 1° Jn 5:11-12), son textos que nos pueden ayudar en esta parte.
2. No debemos olvidar la parte esencial de nutrir al nacido de nuevo del alimento necesario para su crecimiento fuerte y sano a través de la esencial lectura de la Biblia, ello les permitirá alimentarse a si mismos y crecer en su vida cristiana. La práctica de la vida devocional es básica para este crecimiento, (Jn 5:39; 2° Tim 3:16-17; Jn 16:24; 1° Tes 5:17; Luc 11:1-13; 1° Ped 1:23 y 2:3) nos pueden ayudar.
3. Otro tema esencial es el ser instruido sobre la persona y obra del Espíritu Santo en el creyente, el Divino Consolador, quien es clave en la obra de consolidación y crecimiento del cristiano. Debemos iluminarles acerca de lo que Escritura nos dice respecto del bautismo y de la llenura del Espíritu Santo a fin de prevenirles contra errores doctrinales tan comunes en estos días, podemos usar (Jn 14:18-26; Efe 1:13-14; 5:18; 4:30; 1°Tes 5:19).
4. Enseñarles acerca de la conveniencia de congregarse y lo que el Nuevo Testamento enseña acerca de la familia de la fe y el compromiso de congregarse con otros cristianos a fin formar parte del cuerpo que es la iglesia de Cristo. Esto será de mucha ayuda y apoyo para los nuevos creyentes ya que la vida cristiana es una vida en comunidad y amor cristiano. (Ef2:19; Gal 6:10; Rom 8:29; 12:5; 1°Cor 12:25; Hech 10:24-25).
5. Una de las doctrinas importantes es la del bautismo cristiano, ello con al propósito de guiarles a tomar una decisión firme por Cristo y obedecer al Señor en esta importante ordenanza de fe. Enseñarles que este más que un sacramento es un acto de obediencia a un mandamiento de nuestro Señor, en el cual se da testimonio público de nuestra fe, el cual es y debe ser por inmersión emulando la muerte y nuevo nacimiento. (Mat 28:18-20; Hec 2:41; 8:12,36; 9:18; 10:47-48; 16:32-33; Jn 3:23; Rom 6:4).
6. Finalmente hacerles presentes en esta fase de la consolidación es muy importante el testimonio que se entrega a los demás, asimismo el papel de la mayordomía cristiana que nos corresponde como miembros responsables en nuestra relación con Dios y con su iglesia.
De esta manera estamos instruyendo al nuevo creyente en los temas básicos de la fe y de la vida cristiana lo que a la vez les capacita para “toda buena obra”, de donde una vez bautizado debe iniciarse sin demora su periodo de discipulado, las iglesias mantienen en su material algún tipo de guía de discipulado que mantienen en sus programas lo que ayuda en la consolidación de nuevos creyentes.
Importante la instrucción sobre las Doctrinas fundamentales de la fe cristiana utilizando tutores en las casas o vía online recomendables para estos días utilizando buen material ajustado a la sana doctrina bíblica.
A manera de conclusión, la consolidación de los nuevos creyentes tiene una base bíblica muy clara y es una etapa muy importante en el proceso general del hacer discípulos, tema la cual las iglesias muchas veces dan poca importancia, de donde, si no tenemos un buen programa de capacitación y consolidación el nuevo creyente quedará huérfano de instrucción y terminará yéndose de la iglesia o crecerá de manera defectuosa y lo mas lamentable es que se perderán los frutos que este miembro podría dar para la obra del cuerpo de Cristo.
Es tiempo que Ud. líder, o pastor o creyente consolidado vean con seriedad esta tarea y la estimen de suma urgencia si es que queremos experimentar un crecimiento cualitativo de los miembros de nuestras congregaciones para la honra de nuestro Dios y para beneficio de nuestros pueblos.
Luis Vogt 2020
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