En el presente artículo queremos señalar una desviación que se está diseminando entre los evangélicos en América-Latina haciendo que el nombre de Dios está siendo rebajado y ridiculizado. Nos referimos al Peligro de despreciar los estudios teológicos.
Uno de los representantes de esta tendencia, líder importante de una congregación, en reiterativas ocasiones refirió que era impropio hasta pecaminoso cualquier tipo de superación ministerial y teológica. Que de hacerlo sería una muestra atroz de falta de espiritualidad y de dependencia del Espíritu Santo. En palabras suyas, la forma correcta de predicación era ir al púlpito sin preparación y como él decía “en dependencia del Espíritu Santo”, el cual daría una palabra rhema fresca a la iglesia. El mismo líder se atrevió a decir, en presencia de algunos creyentes e incrédulos, que la diabetes era una enfermedad diabólica porque venía de diablo. Su justificación para semejante conclusión era que el prefijo del sustantivo diabetes, como él lo entendía diab, coincidía con el del sustantivo diablo.
Preparación o iluminación
No hemos de explicar lo ridículo de este comentario, que es solo un ejemplo de las atrocidades que se enseñan y practican en algunos círculos como consecuencia del menosprecio de los estudios. ¿Es acaso la espiritualidad sinónimo de desinformación? Lamentablemente el Espíritu Santo en estos sectores, es tomado como un tipo de espíritu desinformado bíblicamente de modo que la espiritualidad que se persigue es una explosión de emociones oscilantes, pero sin una regulación escritural. Además, la relegación que hacen las tendencias que señalamos de la predicación seria y expositiva de la palabra de Dios como pretexto de la iluminación interior, es muy peligrosa. Es posible que dicha iluminación no sea más que la voz interior del corazón engañoso de cada individuo. Pero la espiritualidad bíblica no tiene ninguna relación con esta suerte de espiritismo porque la sencillez de la fe cristiana nunca ha sido hermana de la necedad.
Desorientación
Una dama una vez, que no tenía ninguna relación con la fe cristiana, fue invitada a una iglesia marcada por estos ideales, después del evento admitió sentir agotamiento, reconociendo que se encontraba más desorientada y confundida en relación a la fe cristiana que antes de asistir a esa reunión. Tanto así que personas que ha pasado años de su vida sumergido en el espiritismo y la santería, que han asistido a campañas de sanidad en este tipo de iglesias muy espiritualizadas, después de vivir esas experiencias expresaron que no notaban mucha diferencia y si demasiada similitud entre prácticas espiritistas y lo que había percibido en aquellas congregaciones.
Manipulación
Una iglesia sin preparación y por ende desinformada será una iglesia fácil de manipular, fenómeno similar sucedió con los cristianos europeos del siglo XVI, el tiempo de la Reforma. El llamado período del oscurantismo fue una época en que se vedó el acceso a la Biblia, condición que favoreció que el pueblo fuese manipulado y alejado del correcto sentido de las Escrituras. Hoy día, a pesar de que tenemos la Biblia en nuestros propios idiomas y el de casi todas las etnias del mundo, esta oscuridad e ignorancia continúa haciendo daño como una versión más sutil de lo mismo, la falta de conocimiento. Ya nuestro propio Señor declaró: “Mi pueblo se pierde por falta de conocimiento”. Repetimos lo dicho anteriormente, una iglesia sin preparación bíblico-teológica será una iglesia fácil de manipular y llevada de aquí para allá por todo viento de doctrina. Sobre todo, en una época de tanto eclecticismo en el ámbito teológico y religioso.
Pueblo de la Biblia, necesitamos como pueblo de Dios estar alertas sobre esta tendencia cada vez más común en nuestro contexto latinoamericano. Necesitamos mayor conocimiento de Dios el cual se ha revelado en su Palabra, para poder permanecer firmes ante estas nocivas ideologías. Y requerimos con urgencia de seguir siendo lo que históricamente hemos sido: “El pueblo del Libro, es decir la Biblia”. Regresemos a la Biblia, regresemos a la sana doctrina, unámonos a aquellos que tienen hambre por la Palabra de Dios. Y cuidémonos del peligro perjudicial de despreciar hasta satanizar lo académico de la fe cristiana, porque la fe cristiana es una fe fundamentada bíblicamente y racionalmente.
De ELCR
Comments