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7 Concilios: El Primer Concilio de Nicea

Luis Vogt

El Primer Concilio de Nicea (Por Tim Challies) Hoy día estoy empezando una nueva serie de artículos sobre los siete concilios ecuménicos de la iglesia primitiva. Estos concilios comenzaron con el Primer Concilio de Nicea en el año 325 y concluyeron con el Segundo Concilio de Nicea en el 787. Entre estos dos eventos hubo cinco más, cada uno de los cuales trataron de comprender y establecer una teología Cristiana unificada. En esta serie tomaremos una mirada a cada uno de los siete concilios. Para cada uno consideraremos el entorno y el propósito, los personajes principales, la naturaleza del conflicto, y luego los resultados y la importancia duradera. Hoy empezaremos con el Primer Concilio de Nicea.


Entorno y Propósito. El Primer Concilio de Nicea fue convocado en el 325 por el Emperador romano Constantino. Constantito tenía la esperanza de unir su imperio bajo el estandarte del cristianismo, pero vio esa unidad amenazada por una grave disputa teológica. Osio de Córdoba recomendó un concilio como el medio para responder a la creciente controversia y Constantino respondió llamando a los líderes de la Iglesia a Nicea en Bitinia (Iznik, Turquía en los días actuales). Asistieron entre 250 y 318 obispos desde todo el Imperio Romano, y el concilio empezó con sus deliberaciones formales el 20 de Mayo. El principal asunto del concilio se encargó de responder sobre la naturaleza divina de Cristo, y en particular, la relación entre el Padre y el Hijo. Y como materia secundaria el concilio debatió sobre la celebración de la Pascua. Personajes Principales. Las dos figuras más importantes en el concilio fueron Atanasio, un joven diácono que vino como un compañero del Obispo Alejandro de Alejandría, y Arrio, un controversial presbítero y sacerdote de Alejandría. Constantino estuvo presente como un supervisor, pero él no votó.

El Conflicto El conflicto en el corazón del Primer Concilio de Nicea involucró la naturaleza de Dios el Hijo en relación a Dios el Padre. Por un lado del conflicto estaban aquellos que mantenían que Jesucristo fue creado por el Padre y por otro lado aquellos que mantenían que Jesucristo fue engendrado por el Padre. Arrio era el proponente principal de la posición creada. El mantenía que Dios el Hijo fue la primera creación de Dios y a través de él todo lo demás fue hecho (Colosenses 1:15). Esto hizo al Hijo la única creación directa del Padre y por lo tanto, único entre toda la creación como el primer y gran ser creado. El creía que la divinidad del Padre era mayor que la del Hijo, y citó Juan 14.28 en apoyo a su posición: “Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo.” Arrio dijo, “Si el Padre engendró al Hijo, el que fue engendrado tuvo un principio de existencia: y desde esto es evidente, que hubo un tiempo que el Hijo no fue” Alejandro de Alejandría y su protegido Atanasio mantenían que Cristo fue engendrado, no creado, y era, por lo tanto, completamente igual al Padre. El concilio estuvo de acuerdo con esta mirada y entendió que el Arrianismo quebrantaba la unidad de la Deidad, haciendo al Padre mayor que al Hijo y contradiciendo escrituras como Juan 10:30 y Juan 1:1. En el transcurso del concilio, la gran mayoría de los delegados estuvieron de acuerdo con Atanasio en que el Hijo tuvo una derivación eterna del Padre pero no obstante era co-eterno e igualmente divino. Atanasio explicó, “El Jesús que yo conozco como mi Redentor no puede ser menos que Dios”. El Resultado. El debate duró desde el 20 de Mayo al 19 de Junio. En cuyo punto el concilio produjo una forma inicial del Credo de Nicea que explícitamente afirma la posición de engendrado y condenó el arrianismo. Todos, excepto dos de los asistentes votaron a su favor y esos dos, junto con Arrio, fueron excomulgados y expulsados a Illiria. Todos los escritos de Arrio fueron confiscados y quemados. Aquí está la versión original del Credo (el cual fue ajustado en el Segundo Concilio Ecuménico en Constantinopla en 381)

«Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles. Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos. Y en el Espíritu Santo. A quienes digan, pues, que hubo cuando el Hijo de Dios no existía, y que antes de ser engendrado no existía, y que fue hecho de las cosas que no son, o que fue formado de otra substancia o esencia, o que es una criatura, o que es mutable o variable, a éstos anatematiza la iglesia católica.»

El concilio también estuvo de acuerdo en una fecha para celebrar la Pascua. En una carta circular que Constantino emitió después del concilio, explicó :” En el concilio también consideramos el tema de nuestro día más sagrado, la Pascua, y se determinó por común acuerdo que todos, en todas partes, deben celebrar en un mismo día” Importancia duradera. El Primer Concilio de Nicea es más significativo en la resolución de un asunto esencial relacionado con la divinidad y humanidad de Jesucristo. Jesucristo fue decretado para ser eterno y divino, igual con el Padre, e infinitamente mayor que cualquier ser creado. Sin embargo, el Concilio es también significativo como el primer intento de lograr un consenso entre los cristianos a través de un debate entre los representantes de las partes opuestas. Se puso un precedente para mantener concilios para decidir otras materias doctrinales y prácticas de la iglesia, y para convertir estas decisiones en credos y derechos canónicos. Serían 56 años antes de la próximo concilio, el Primer Concilio de Constantinopla. Por Tim Challies. Traducido con permiso. Check the original article / Visita el artículo original «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.» Juan 1:1

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